Indice
Primero
–¡Oh, qué estupendo! –gritó encantado Colin. –Pero eso no es todo –dijo Mary pálida y con gran seriedad–. El resto es aun mejor.Segundo
Encontré la puerta que da al jardín. Si Colin hubiera sido un niño sano, posiblemente habría gritado: ¡Hurra, hurra!, pero como era débil y algo histérico, sólo abrió mucho los ojos y respiró para tomar aire. –¡Oh Mary! –casi sollozó–. ¿Podré entrar en él? ¿Crees que viviré y podré verlo? –le dijo mientras agarraba sus manos atrayéndola hacia él. –¡Por supuesto que lo verás! –replicó Mary indignada–.No seas tonto.
Tercero
La naturalidad de ella lo hizo volver a la realidad y rió de sí mismo. Poco después ella le contó cómo era el jardín en la realidad. Al escucharla, Colin sintió que los dolores y el cansancio desaparecían. –Parece como si ya lo hubieras visto –dijo al fin. –Lo he visto y he estado en él. Encontré la llave y entré hace varias semanas. No me atreví a contarte porque tenía miedo de no poder confiar por completo en ti –contestó Mary, francamente.Ir al principio INTRODUCCION