viernes, 15 de mayo de 2015

Com fer una entrada dins de la mateixa pàgina

Títol





  Introducción 
¡Oh, qué estupendo! –gritó encantado Colin. –Pero eso no es todo –dijo Mary pálida y con gran seriedad–. El resto es aun mejor. Encontré la puerta que da al jardín. Si Colin hubiera sido un niño sano, posiblemente habría gritado: ¡Hurra, hurra!, pero como era débil y algo histérico, sólo abrió mucho los ojos y respiró para tomar aire. –¡Oh Mary! –casi sollozó–. ¿Podré entrar en él? ¿Crees que viviré y podré verlo? –le dijo mientras agarraba sus manos atrayéndola hacia él. –¡Por supuesto que lo verás! –replicó Mary indignada–. No seas tonto. La naturalidad de ella lo hizo volver a la realidad y rió de sí mismo. Poco después ella le contó cómo era el jardín en la realidad. Al escucharla, Colin sintió que los dolores y el cansancio desaparecían. –Parece como si ya lo hubieras visto –dijo al fin. –Lo he visto y he estado en él. Encontré la llave y entré hace varias semanas. No me atreví a contarte porque 


  El esqueleto 
¡Oh, qué estupendo! –gritó encantado Colin. –Pero eso no es todo –dijo Mary pálida y con gran seriedad–. El resto es aun mejor. Encontré la puerta que da al jardín. Si Colin hubiera sido un niño sano, posiblemente habría gritado: ¡Hurra, hurra!, pero como era débil y algo histérico, sólo abrió mucho los ojos y respiró para tomar aire. –¡Oh Mary! –casi sollozó–. ¿Podré entrar en él? ¿Crees que viviré y podré verlo? –le dijo mientras agarraba sus manos atrayéndola hacia él. –¡Por supuesto que lo verás! –replicó Mary indignada–. No seas tonto. La naturalidad de ella lo hizo volver a la realidad y rió de sí mismo. Poco después ella le contó cómo era el jardín en la realidad. Al escucharla, Colin sintió que los dolores y el cansancio desaparecían. –Parece como si ya lo hubieras visto –dijo al fin. –Lo he visto y he estado en él. Encontré la llave y entré hace varias semanas. No me atreví a contarte porque 


  Los músculos 
¡Oh, qué estupendo! –gritó encantado Colin. –Pero eso no es todo –dijo Mary pálida y con gran seriedad–. El resto es aun mejor. Encontré la puerta que da al jardín. Si Colin hubiera sido un niño sano, posiblemente habría gritado: ¡Hurra, hurra!, pero como era débil y algo histérico, sólo abrió mucho los ojos y respiró para tomar aire. –¡Oh Mary! –casi sollozó–. ¿Podré entrar en él? ¿Crees que viviré y podré verlo? –le dijo mientras agarraba sus manos atrayéndola hacia él. –¡Por supuesto que lo verás! –replicó Mary indignada–. No seas tonto. La naturalidad de ella lo hizo volver a la realidad y rió de sí mismo. Poco después ella le contó cómo era el jardín en la realidad. Al escucharla, Colin sintió que los dolores y el cansancio desaparecían. –Parece como si ya lo hubieras visto –dijo al fin. –Lo he visto y he estado en él. Encontré la llave y entré hace varias semanas. No me atreví a contarte porque ¡Oh, qué estupendo! –gritó encantado Colin. –Pero eso no es todo –dijo Mary pálida y con gran seriedad–. El resto es aun mejor. Encontré la puerta que da al jardín. Si Colin hubiera sido un niño sano, posiblemente habría gritado: ¡Hurra, hurra!, pero como era débil y algo histérico, sólo abrió mucho los ojos y respiró para tomar aire. –¡Oh Mary! –casi sollozó–. ¿Podré entrar en él? ¿Crees que viviré y podré verlo? –le dijo mientras agarraba sus manos atrayéndola hacia él. –¡Por supuesto que lo verás! –replicó Mary indignada–. No seas tonto. La naturalidad de ella lo hizo volver a la realidad y rió de sí mismo. Poco después ella le contó cómo era el jardín en la realidad. Al escucharla, Colin sintió que los dolores y el cansancio desaparecían. –Parece como si ya lo hubieras visto –dijo al fin. –Lo he visto y he estado en él. Encontré la llave y entré hace varias semanas. No me atreví a contarte porque

No hay comentarios: